ACUPUNTURA PARA ESTRES Y ANSIEDAD

Tanto el Estrés como la Ansiedad son desequilibrios que encontramos con bastante frecuencia en nuestra sociedad.
Muchas veces es difícil desprenderse de ellas porque parece que todo nos empuja a padecerlas: inestabilidad laboral, económica, competencia, cargas del trabajo doméstico, el cuidado de los/las demás, el aspecto físico, problemas de relaciones, etc.

Muchas veces la gente no sabe bien cómo definirlas, . . . pero están ahí y lo que es más importante es que saben identificar que las tienen. En el Estrés tenemos cien mil cosas por hacer y no damos abasto a todas ellas . . . Y en la Ansiedad no podemos “controlarlas”, controlar todo lo que nos sucede.
Y es que recibimos constantemente inputs sobre la presión de tener y hacer muchísimas cosas para vivir: compra un coche, una casa, actividades extraescolares, corre, ve a comprar, paga, etc.

En la Acupuntura podemos encontrar una gran aliada para tratar estos desequilibrios. Y dos que se producen con bastante frecuencia son los siguientes:

Bloqueo de la Energía” (para el/la Terapeuta probablemente corresponderá a lo que llamamos un Bloqueo de Qi de Hígado, hablando siempre en términos de Energía y nunca de Órganos físicos): muchas veces, cuando nos vemos sobrepasadas/os por las emociones, en situación de estrés, de disgusto, frustración, rabia, etc., la Energía se bloquea. La Acupuntura puede restablecer el libre flujo de la misma y así liberar ese Estrés o Ansiedad acumulados.

Insuficiencia de Yin: sobre todo en casos de ansiedad, cuando nos invade muchas veces el miedo de no poder controlar lo que nos sucede, o no saber qué es lo que va a pasar en algunos aspectos de nuestra vida, este tipo de situación desgasta nuestro Yin. Y la Acupuntura puede hacer que se reponga ese Yin que se ha desgastado y reducir esa ansiedad o tensión, etc., además de devolvernos la confianza en nosotros/as mismos/as.

DESEQUILIBRIOS ENERGETICOS Y ADAPTACION A LOS CAMBIOS

Desde hace miles de años la Filosofía Tradicional China (FTC), al igual que otras disciplinas terapéuticas, parte de la premisa de intentar restablecer y preservar nuestro bienestar. Una de las diferencias más significativas con respecto a nuestro pensamiento Occidental es que cuando desaparece este bienestar, la FTC no habla de “enfermedad” sino de “desequilibrio/s energético/s”.

La FTC parte de la idea de que el ser humano está constantemente en interacción con su entorno, es decir, con el resto de seres humanos, animales, plantas, . . . Y no sólo está en continuo contacto con él, sino que forma parte de ese entorno: forma parte en definitiva de la Naturaleza. En ésta, los cambios son constantes, por lo tanto también lo son en nososotr@s mism@s y en lo que nos rodea, y en el momento en que no podemos o sabemos adaptarnos a esos cambios es cuando surge el desequilibrio, la no adaptación al entorno. Así por ejemplo, ante una misma situación en la vida, ya sea un cambio climático brusco (como un “golpe” de frío), un virus, una determinada alimentación, un desgaste físico importante, una situación de estrés, una caída o bien incluso un disgusto importante como la pérdida de alguien, cada un@ de nososotr@s puede reaccionar de formas bien distintas. Hay personas a las que no les llegarán a afectar algunas de estas situaciones como los cambios de tiempo, en cambio a otras sí, y de entre éstas, a cada una le puede afectar de un modo diferente.

Por todo ello la FTC considera que es de vital importancia la capacidad de adaptación que tiene cada individuo a esos cambios. Y esto está relacionado no sólo con el cuidar nuestros hábitos alimenticios (alimentos naturales, horarios, etc. ), ejercicio, calidad del sueño, gestión del estrés, de nuestras emociones, . . . , sino también con ser personas flexibles, con capacidad de aceptar (sin que esto equivalga a “resignarnos”) las nuevas situaciones que se nos van presentando en la vida. Hoy en día nuestra sociedad ya no tiene unas estructuras tan “fijas” como hace unos años: la mayoría de empleos son temporales, la reubicación geográfica de los mismos, separaciones de pareja, segundos matrimonios, hij@s de las parejas, etc., fenómenos climatológicos, . . .

Muchas personas padecen estos cambios de forma muy angustiosa, sobre todo las que quieren tener un control de sus vidas totalmente rígido e inflexible. Es mejor aceptar y fluir. Esto no implica que no debamos “dirigir” nuestras vidas. Exacto, “dirigir”, no “controlar” con rigidez. Dirigir, con flexibilidad.

Tanto la Acupuntura como otras Técnicas Tradicionales Chinas pueden acompañar al individuo en la adaptación a estos cambios sean del tipo que sean y que siempre se van a dar ya que, citando a Heráclito, lo único constante es el cambio.